Aya Sakai es ganadora del IESE Future Female Leadership Award 2024. Candidata MBA 2026 del IESE, en Barcelona, España, tras haber trabajado en el Banco de Desarrollo de Japón.
Una encuesta reciente de Kyodo News reveló que solo 13 de las 1600 principales empresas japonesas tienen directoras ejecutivas. Además, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), solo el 15.5 % de los ejecutivos empresariales del país son mujeres. Aya Sakai está decidida a cambiar esas estadísticas.
“Mi misión es ser una líder en la industria japonesa de energías renovables, que está muy dominada por los hombres, y al ser líder en esa industria, quizás pueda cambiar un poco la sociedad japonesa”, dice la actual estudiante de MBA del IESE (promoción 2026).
Su decisión de hacer un MBA en el IESE fue un paso importante para lograr esa misión. “La oportunidad de aprender habilidades de liderazgo y trabajar con compañeros de equipo de diversos orígenes internacionales en un entorno intensivo me ayudará mucho cuando regrese a Japón”, comenta.
Enfoque en las energías renovables
Antes de comenzar su MBA, Sakai trabajó para el Banco de Desarrollo de Japón (DBJ) en Tokio y Londres. Un aspecto de esta organización que valoraba mucho es que no solo perseguía beneficios, sino también un impacto social, ya que parte de su misión era apoyar y ayudar a sus clientes.
Como es común en muchas empresas japonesas, Sakai adquirió experiencia valiosa en diversos departamentos, desde Análisis financiero hasta Recursos Humanos, lo que fue un desafío para ella, ya que tenía que ponerse al día rápidamente en nuevos campos cada uno o dos años.
Sin embargo, esta política de empleo le dio la oportunidad de trabajar en el sector de la energía renovable, lo que le llevó a concluir que ese era su futuro.
Gran parte de la innovación en el sector de las energías renovables se está desarrollando en Europa, otro factor que atrajo a Sakai a estudiar un MBA en Barcelona. Quiere aprender más sobre las tecnologías de energía verde en Europa que puedan cambiar el panorama energético en Japón.
Trabajo en equipo y liderazgo
Mientras estudia en IESE, Sakai también se está acostumbrando a trabajar con personas de diversos orígenes y culturas, algo que no había experimentado antes. En su equipo, hay estudiantes de EE. UU., España, Alemania, Argentina, Chile, Brasil, Arabia Saudita, Kenia y Japón, todos con diferentes métodos de gestión y estilos de comunicación, lo que naturalmente presenta ciertos desafíos. Para Sakai, la solución a estos desafíos es el respeto, tanto hacia las personas como hacia los procesos. “Cada uno de nosotros tiene fortalezas y debilidades individuales y podemos aprender unos de otros”, dice. “Y tenemos reglas de equipo estrictas, un contrato que nadie rompe y eso nos ayuda a trabajar juntos de manera efectiva y cómoda”.
En la universidad, Sakai fue entrenadora de un equipo de fútbol americano, donde disfrutaba trabajando para y con otras personas y logrando cosas importantes como parte de un gran equipo. Y los grandes equipos necesitan grandes líderes.
Durante su tiempo trabajando en diferentes departamentos del DBJ, Sakai tuvo muchos jefes distintos. Los mejores líderes, en su opinión, eran “perspicaces, considerados, visionarios y trabajadores”. También considera que la valentía y el coraje para ser disruptiva son valores importantes. “Una mujer que se atrevió a asumir el desafío de ser la primera directora en nuestra empresa es alguien a quien respeto mucho”, dice.
Un modelo a seguir para las mujeres jóvenes
Como ganadora del IESE Future Female Leadership Award 2024, Sakai se ve a sí misma como “un modelo a seguir para las generaciones femeninas más jóvenes” en Japón. “En un entorno donde hay pocas líderes o gerentes que sean mujer, ellas pueden sentirse un poco incómodas. Quiero mostrarles que sí se puede. Con suerte, mis logros y el bien que hago animarán y empoderarán a algunas personas”, comenta.
Un logro de su carrera profesional hasta ahora ha sido aumentar el número de solicitantes femeninas para ciertos roles que tradicionalmente habían sido desempeñados por hombres mientras trabajaba para el departamento de Recursos Humanos del DBJ. “Establecer un buen equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede ser difícil en las empresas japonesas; tal vez esa sea una de las razones por las que hay tan pocas mujeres líderes”, explica.
Menos exitoso fue su intento de introducir reformas para que más hombres ocuparan puestos que eran vistos como trabajos para mujeres. Pero fue una experiencia de aprendizaje útil sobre cómo gestionar el cambio.
Mirando hacia el futuro
Sakai está impulsada por el deseo de “hacer cosas buenas para la sociedad”, especialmente en el ámbito de las energías renovables. Ella imagina un futuro en el que el uso generalizado de tecnologías de energía limpia, algunas aún por emerger, ayudará a lograr emisiones netas cero, permitiendo a las personas disfrutar de los beneficios de la energía sin dañar el medio ambiente.
El viaje de Aya Sakai está destinado a romper barreras e inspirar cambios en una sociedad tradicionalmente dominada por hombres. Sus experiencias en el Banco de Desarrollo de Japón, su compromiso con el sector de las energías renovables y las habilidades de liderazgo que espera perfeccionar en IESE reflejan una ambición poderosa no solo de ascender como líder, sino de allanar el camino para futuras generaciones de mujeres en Japón. A medida que trabaja para desafiar el status quo, encarna una nueva ola de liderazgo que es perspicaz, valiente e inclusiva. Su ejemplo subraya la importancia de la diversidad para impulsar el cambio industrial y social.
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