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Marta Durany. Ser madre y hacer un MBA. Historias de éxito

Marta Durany dio a luz poco antes de empezar el MBA del IESE. Enfrentarse a dos cambios tan grandes en su vida en tan poco tiempo ha supuesto, para ella, un reto muy importante. 

¿Qué te hizo decidirte a cursar un MBA? 

Al comenzar mi tercer año en Amazon – después de haber trabajado tanto de lunes a viernes como fines de semana, en turnos de día y de noche y en tres ciudades y dos países distintos –, me di cuenta de que ya había visto mucho de lo que ocurre a diario en una gran empresa. Había trabajado en diferentes procesos, dirigido grandes equipos y liderado varios proyectos. Sin embargo, me di cuenta de que como ingeniera – y habiendo trabajado anteriormente en el sector de la consultoría de Big Data – me faltaban conocimientos importantes. Había varios temas sobre los que tenía que aprender para seguir avanzando en mi carrera y convertirme en una directiva más completa y eficaz: como las finanzas, el marketing o el emprendimiento.  

¿Cómo es ser madre durante un programa MBA a tiempo completo? 

Es exigente y emocionante a partes iguales. Me está gustando el reto. Es exigente porque tengo la misma cantidad de trabajo en clase que mis compañeros, pero menos tiempo en casa para completarlo. También tengo que tomar más decisiones cada día. Por ejemplo, si voy a un determinado evento del MBA, ¿cómo puedo asegurarme de que paso suficiente tiempo con mi hijo, Pepe? ¿Con quién se quedará si llego a casa una hora más tarde? Mis responsabilidades personales no se han reducido por estudiar un MBA; al contrario, aumentaron drásticamente apenas unos meses antes de inscribirme en el programa por el nacimiento de mi hijo. Enfrentarme a dos grandes cambios en mi vida en un período de tiempo tan corto y en un entorno acelerado ha sido, para mí, un reto muy importante. 

Pero también es muy emocionante ser madre y estudiante al mismo tiempo. Estoy rodeada de compañeros y colegas increíbles que ven el mundo desde perspectivas diferentes. Además, ser madre ha enriquecido mi forma de percibir el mundo. Todo cambió en el momento en que supe que estaba embarazada: mis prioridades, la forma de organizarme el tiempo, mis intereses, mis inquietudes… De repente, veía el mundo de otra manera. La diversidad que me rodea en el MBA del IESE me impulsa a ponerme a prueba continuamente y a ser la mejor versión de mí misma, tanto en casa como en el máster. 

¿Tienes algún consejo para padres (o futuros padres) que estén pensando en hacer un MBA? 

Deben saber que no se trata de un MBA exclusivo del padre o de la madre, sino de un MBA de la pareja. Ambos deben tener muy claro desde el principio que es un proyecto para los dos, independientemente de quién esté inscrito en el programa. 

Siempre digo que, cuando me gradúe, mi diploma del MBA debería llevar tanto el nombre de mi marido, Marcos, como el mío. No podría estar terminando el programa con éxito sin su apoyo incondicional y generoso. Al ir a trabajar temprano por la mañana, al volver a casa temprano del trabajo, al permitirme pasar algunas horas más en la biblioteca y al ocuparse de la mayoría de las tareas domésticas, me ha dado tiempo para dedicarlo a mis estudios, a las clases y a mi búsqueda de empleo para garantizar que aprovecho el programa al máximo. No se trata de que cada uno dé el 50 %, sino de que ambos demos constantemente el 100 % en lo que hayamos decidido conjuntamente que queremos hacer. También se trata de echar una mano cuando vemos que el otro está cansado, en lugar de contabilizar cuántas tareas ha hecho o dejado de hacer cada uno. Se trata de dar por ambas partes en lugar de pedir. 

Los padres que estén pensando en hacer un MBA deben saber que no será fácil. Se necesita una disciplina de tipo militar, se duerme poco y no hay tiempo para relajarse durante los primeros 12 meses. En algún momento surgirán tensiones y, cuando esto ocurra, es importante que ambos tengan muy claro por qué están cursando el MBA y, sobre todo, que recuerden que son un equipo inquebrantable. 

¿Qué haces para socializar o mantener el contacto con tus compañeros de clase? ¿Dedicas un tiempo específico para ello? 

Nunca estaré lo suficientemente agradecida por el increíble equipo que tuve en mi primer año en el MBA. El A2 ha sido una de las mejores experiencias del IESE. Desde el principio, supe que el aspecto social del máster iba a ser el que más me iba a perder, ya que la parte académica y la creación de contactos eran prioridades fundamentales para mí. Al mismo tiempo, tenía muy claro que pasar unas horas diarias con Marcos y Pepe era imprescindible. Fue increíble cómo Alex, Andrés, Antonio, Diana, Kazuya, Lapa, Mayank y Maren me apoyaron desde el primer día y durante todo el año. Intenté no faltar a ninguna reunión del equipo: era mi prioridad social número uno. También traté de ir a las cenas de la sección. Solo daba prioridad a estos dos tipos de eventos. Si había otro evento que se ajustaba a nuestra agenda familiar y presupuesto, íbamos; pero si no, nos lo saltábamos. De la Sección A, tengo muy buenos recuerdos de la cena japonesa, de la calçotada, de una cena mexicana de última hora a la que pude unirme y de la fiesta de Diwali, en la que todos los miembros de la sección animamos a nuestros compañeros en un concurso de baile. 

¿Te arrepientes de algo? ¿Qué harías diferente en esta etapa del MBA como madre o como estudiante? 

Si pudiera hablar conmigo misma hace un año, me diría que me estresara menos durante el primer trimestre. El hecho de pasar de la baja por maternidad a mi primer día en el MBA fue todo un choque. Tenía la sensación de que mi cerebro estaba dormido. Recuerdo darle el pecho a Pepe por las mañanas y, por las tardes, estudiar los primeros casos y tener que leerlos de nuevo más tarde para entenderlos bien. 

Estar rodeada de gente tan inteligente con mi mente aún en modo de baja por maternidad supuso, al principio, un revés para mi autoestima. No fue hasta después de las vacaciones de Navidad, con mis notas del primer trimestre en una mano y la oferta de prácticas en la otra, cuando me di cuenta de que no lo estaba haciendo tan mal y de que quizá no debería ser tan dura conmigo misma. 

¿Qué te ayudó a compaginar la vida de estudiante a tiempo completo con un proceso de contratación durante el confinamiento? 

Por suerte, firmé mi contrato de prácticas antes de que comenzara el confinamiento por la COVID-19 en primavera. El apoyo de Marcos y de mis padres fue fundamental para que superara el estrés del confinamiento y del tercer trimestre del curso. También me ayudó el hecho de que mi hijo Pepe por suerte come y duerme muy bien. 

¿Lo volverías a hacer? 

Sí, así es. Y creo que eso es lo bonito. Marcos y yo hemos crecido y aprendido mucho como pareja, la experiencia ha reforzado nuestro matrimonio y hemos visto a nuestro pequeño bebé convertirse en un niño. Al mismo tiempo, he aprendido cada día de los compañeros, los profesores, los casos y los proyectos, he disfrutado de conversaciones animadas durante las comidas o cenas y he jugado al pádel los martes por la tarde con mis nuevos amigos. Ha sido, sin duda, toda una aventura, tan exigente como emocionante. 

¿Por qué elegiste el IESE? 

Elegí el IESE Business School por muchas razones, pero hubo dos factores principales de carácter personal: el primero fue el legado y la tradición. Soy la tercera generación de mi familia que estudia en el IESE. Mi abuelo formó parte de una de las primeras promociones del IESE. Más tarde, mi padre terminó sus estudios en el IESE cuando yo tenía dos años. De hecho, tengo una foto de mi padre estudiando una tarde y mis hermanas y yo en pijama, jugando junto a él. El segundo factor es que, como barcelonesa que comenzaba el MBA con un hijo de cuatro meses, el hecho de estar en mi ciudad natal me ofrecía una mayor comodidad y apoyo familiar. 

 

IESE Business School ha diseñado mediante la plataforma Women Win un amplio abanico de formaciones y actividades para apoyar a las mujeres en su desarrollo personal y profesional, que como Marta, quieren construir su liderazgo.

Consejos sobre cómo se puede ser padre durante un MBA

  • El MBA es un proyecto para ambos padres, independientemente de quién esté matriculado en el programa. 
  • Necesitaréis una disciplina de tipo militar. 
  • Cuando surjan momentos de tensión, es importante que ambos tengáis muy claro por qué estáis cursando el MBA. 
  • Recordad que formáis un equipo inquebrantable. 

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