
IESE Insight
Crisis geopolítica y economía global: Estados Unidos, China y Europa ante un futuro incierto
La economía global encara un futuro incierto, con EE. UU. volcado en el proteccionismo, China enfrentada a sus contradicciones y Europa atrapada en sus dependencias. España supera expectativas, pero presenta retos propios.
La economía mundial atraviesa una etapa de gran incertidumbre, marcada por tensiones geopolíticas, inflación persistente y un creciente proteccionismo. En una reciente sesión en el IESE, el profesor Jordi Gual y Oriol Aspachs, director de Economía en CaixaBank Research, analizaron los retos de Estados Unidos, China y Europa, y pusieron en perspectiva cómo estas dinámicas globales condicionan también a España, que atraviesa una etapa de mucho dinamismo.
Estados Unidos: lucha por la hegemonía
Para Jordi Gual, la política económica de Estados Unidos ha dado un giro negativo histórico en los últimos años, que se ha agudizado a raíz de la reelección del presidente Donald Trump.
Su diagnóstico fue claro: el país que durante décadas había sido el símbolo del libre mercado, ha virado hacia un modelo mucho más intervencionista. Asimismo, ha transitado de la globalización al proteccionismo, adoptando medidas que priorizan los intereses nacionales sobre la integración global.
Este cambio se ha visto reflejado en el ámbito institucional, donde se percibe un desplazamiento del Estado de derecho hacia la arbitrariedad en la toma de decisiones. En el terreno monetario, la Reserva Federal se enfrenta ahora a una creciente politización y podría abandonar su tradicional enfoque en la estabilidad de precios.
Finalmente, el dólar, que históricamente había sido un privilegio para los EE.UU., comienza a ser visto como un "lastre" por la administración Trump. Por ello, está adoptando políticas que lo debilitan.
China: una economía con luces y sombras
El gigante asiático presenta evidentes fortalezas: una estrategia comercial a largo plazo, un plan industrial sólido en sectores clave −renovables, vehículos eléctricos, tierras raras−, una base científica y tecnológica amplia y una red de alianzas internacionales tejida con inteligencia, desde la Ruta de la Seda hasta los vínculos políticos con Rusia e Irán.
Sin embargo, sigue lidiando con una burbuja inmobiliaria que debilita el conjunto de la economía y crea deflación, y con un modelo demasiado dependiente de la inversión y del comercio exterior.
El dilema chino, según Gual, será optar entre un camino pragmático que consolide su poder o una deriva ideológica y nacionalista, con riesgos de aventuras geopolíticas más agresivas, como el caso de Taiwán.
Europa: dependencias estratégicas y falta de reformas
Europa se sitúa como el eslabón más débil del tablero económico global. Gual destacó cuatro grandes desafíos.
En primer lugar, la dependencia militar, evidenciada por un gasto en defensa muy bajo. Segundo, la dependencia energética y tecnológica, resultado de la falta de desarrollo con autonomía tanto en el suministro de gas como en el de tecnologías de la información. Tercero, la dependencia estratégica exterior, derivada de la ausencia de una política exterior y de defensa comunes, que permitan a la Unión actuar de manera unificada en el escenario global y reforzar su posición comercial e industrial. Por último, un exceso de regulación y la rigidez de los estados del bienestar.
España: resiliencia no exenta de retos
El tono se volvió más optimista con la intervención de Oriol Aspachs, que defendió que "Spain is back on track".
Según sus datos, la economía española ha sorprendido de forma positiva en los últimos años gracias a una combinación de factores: la salud financiera de familias y empresas, caracterizada por una deuda reducida y un nivel elevado de ahorro; la diversificación sectorial, que ha reducido la dependencia del turismo y la construcción; una base exportadora robusta, con un peso creciente de la ingeniería, la consultoría y la arquitectura; la transición energética, que ha disminuido los costes relativos de la electricidad; y la demografía expansiva, impulsada por la inmigración y que ha sostenido tanto el consumo como el empleo.
No obstante, Aspachs señaló cuatro puntos débiles que pueden frenar el crecimiento a medio plazo: el déficit de vivienda, que eleva los precios y genera tensiones sociales; la deuda pública, que sigue rondando el 100% del PIB; las tensiones comerciales, que exigen ampliar mercados para mitigar riesgos geopolíticos; y el lento avance de la productividad.
Fuente: Jordi Gual impartió la sesión "Crisis política, crisis bélica, ¿aguantará la economía?" en el marco del programa de formación continua que ofrece la asociación de Alumni del IESE a sus miembros.