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Cómo reinventar tu trabajo con la IA, paso a paso
La IA generativa no viene a sustituirte, sino a rediseñar tu trabajo. Aprende a delegar, mejorar e innovar junto al algoritmo.
Por Sandra Sieber
Buenas noticias: la inteligencia artificial generativa (IAGen) podría reemplazar tu trabajo… bueno, las tareas de siempre. Y, al hacerlo, ayudarte a reinventarlo por completo.
Aunque aún es incierto el impacto que la IA tendrá en el mercado laboral a la larga, a día de hoy no ha provocado una destrucción masiva de empleos. Al contrario: según el Barómetro Global de Empleos de IA 2025 de PwC –que analizó casi mil millones de ofertas laborales y miles de informes financieros corporativos– tanto el empleo como los salarios están creciendo en casi todas las profesiones expuestas a esta tecnología.
Aun así, la IA transformará en profundidad el trabajo y las organizaciones. Para entender cómo puede sustituir o complementar tus responsabilidades, conviene que imagines tu puesto como un sistema de tareas: unas son principales, las que realmente te diferencian de los demás, y otras, secundarias, más rutinarias o estándar. Las primeras serán más difíciles de reemplazar con IA; las segundas, más susceptible de ser automatizadas.
En esencia, debes reimaginar tu trabajo desde cero; como me gusta decirlo, jaquéate a ti mismo. Para ello, sigue estos tres pasos:
- Deja de hacer ciertas cosas.Identifica qué tareas puede hacer la IA tan bien como tú, o incluso mejor, y traspásalas a la tecnología. ¿Cuáles son tus puntos débiles? Si redactar correos o responder mensajes es uno de ellos, deja que lo haga la IAGen.
- Hazlo mejor.Detecta en qué tareas la IA puede ser un complemento natural para mejorar lo que ya haces. ¿Qué te impide concentrarte en lo importante? A muchos nos cuesta generar ideas nuevas: la IAGen puede ser el mejor aliado o asistente de pensamiento creativo.
- Haz cosas nuevas.Esta es la parte más transformadora. Imagina cómo será tu trabajo en el futuro y qué nuevas funciones podrías asumir con ayuda de esta tecnología. Replantea tu rol desde los cimientos. ¿Qué no te has atrevido a hacer nunca? Si trabajas en una empresa de bienes de consumo, por ejemplo, la IA puede permitirte diseñar, probar y lanzar productos de forma virtual en cuestión de días: generar conceptos, simular mercados y automatizar iteraciones. Todo ello abre la puerta a mercados completamente nuevos.
Experimenta con la IA por tu cuenta
El siguiente paso es acceder a una herramienta avanzada de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT o Claude, y empezar a experimentar. Cuando los directivos lo hacen, no tardan en surgir nuevos casos de uso que revelan dónde la IA puede aportar verdadero valor.
Esta fase puede resultar intimidante, ya que, al principio, tendrás que hacerlo sin ayuda del departamento de TI; la rápida evolución de la IA exige experimentación individual antes de su adopción institucional. Algunos intentos fallarán; otros solo mejorarán tu productividad personal. Y unos pocos merecerán compartirse con tu equipo. De esos, un pequeño porcentaje será digno de escalar, momento en que TI podrá ayudar a formalizarlos y expandirlos.
Por ejemplo, crear un GPT personalizado no requiere saber programar. Solo necesitas definir tus fuentes de datos y formatos, subir documentos relevantes, conectar aplicaciones como el correo electrónico y establecer un flujo de trabajo para tu agente de IA. Si la primera iteración no funciona como esperabas, ajústala. Experimentar es clave para dominar la herramienta.
Para muchos líderes, acostumbrados a procesos estructurados o a delegar la innovación en emprendedores o expertos tecnológicos, esta mentalidad puede resultar incómoda. Sin embargo, así funciona la nueva ola tecnológica: exige adaptabilidad y aprender haciendo.
Innova con la IA y mide los resultados
Empezar de esta manera es clave. Confiar únicamente en iniciativas que vienen de la alta dirección suele generar soluciones poco útiles para la mayoría de los empleados o menos eficaces que los modelos estándar de lenguaje de gran tamaño (LLM).
Un ejemplo: BloombergGPT, un modelo de 50.000 millones de parámetros, obtuvo peores resultados que ChatGPT en muchas tareas financieras, pese a su enorme poder de datos y tecnología.
El papel de la organización debe ser influir, no imponer. La cultura organizacional es decisiva para innovar, y los directivos son quienes pueden crear un entorno de apertura y experimentación. Los empleados necesitan saber que tienen permiso para probar, fallar y aprender, especialmente porque la IAGen es una tecnología de propósito general, no limitada a un solo caso de uso.
Eso sí, la experimentación debe tener estructura. Define métricas e indicadores claros. Si la IA reduce tu tiempo de gestión de correos de 60 a 50 minutos, registra esa ganancia de 10 minutos. Si automatizas el 80% de las traducciones, mide el ahorro.
La transparencia es igual de importante. En muchas organizaciones, los empleados ya usan la IA de manera informal. Los líderes deben normalizar el diálogo abierto sobre la experimentación con IA y crear incentivos para compartir los aprendizajes.
La mayoría de las organizaciones necesitará combinar la innovación que surge desde abajo con una estrategia impulsada desde arriba. Mientras las personas exploran cómo mejorar su trabajo, el liderazgo debe analizar cómo la IA puede transformar el modelo de negocio en su conjunto. Ambos enfoques deben avanzar en paralelo.
En septiembre de 2025, OpenAI publicó un estudio sobre los usos de ChatGPT. El empleo de la herramienta con fines laborales cayó al 27% del total, frente al 47% registrado un año antes. Las tareas de escritura −producción automatizada de correos electrónicos y documentos, edición, síntesis y traducción− siguen siendo, con diferencia, el caso de uso más común en el trabajo. Gran parte de esas actividades encajan en las fases de “dejar de hacer ciertas cosas” y “hacerlo mejor”. Ahora es el momento de pasar a “hacer cosas nuevas”.
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